EL DERECHO DE AMAR

No importa el género,
importa el alma.
No importa lo que digan que somos,
importa lo que sentimos que somos,
importan los sentimientos.

Queremos estar con quien queramos sin ser juzgades,
que no nos miren de manera diferente por tener una orientación sexual que no sea común,
que no nos observen como si fuéramos gente rara por no sentirnos indentificades con el género que al nacer nos fueron asignados.

Queremos que la gente deje de decir "no mires" por el mero hecho de que dos personas del mismo género se esten besando,
que se cojan de la mano con orgullo y no se la suelten por el miedo a lo que dirán los demás,
por miedo a que sean cosificades,
a que con desprecio sean vistes,
a sentirse acosades.

Queremos que la situación se empiece a normalizar,
hacerles ver que no es una enfermedad que haya que curar,
sino que un derecho debería ser.
No es un sentimiento que por lo que eres tenga que ser negado ni permitido,
sino aceptado y respetado.

La manera de amar de cada persona es distinta.
Porque nadie elige de quién se enamora,
simplemente, sin más, se da.
Deberíamos poder sentirnos orgulloses de lo que somos,
decirlo de manera directa, sin miramientos.

Queremos que sepan que no somos menos que el resto,
que pensamos diferente,
que sentimos de forma distinta,
pero que eso no nos hace ni nos hará inferiores.

Porque esa diferencia es la que debería actuar como un motivo de unión,
no como una razón que propicie la discriminación.
Su odio, sus desprecios, aquellas críticas que nos intenten destruir,
solo es una causa para apoyarnos más les unes a les otres,
para que nuestra lucha se haga más fuerte.